Fotógrafo Documental: Damián Ayma Zepita
Alejado de los estudios fotográficos y de forma itinerante, Damián Ayma, originario de la región de San Agustín de Toledo, provincia Saucarí del departamento de Oruro, capturó el rostro rural de Bolivia. El considerado uno de los primeros fotógrafos aymaras plasmó los paisajes del altiplano, los centros mineros y varios acontecimientos relevantes que marcaron la historia del país desde 1936 hasta 1985.
Damián Ayma Zepita produjo durante más de casi cuatro décadas un extenso trabajo fotográfico sobre la vida rural, tradiciones y cotidianidad de los pueblos del altiplano boliviano. De origen aymara, su herencia lingüística le permitió un acercamiento y una conexión genuina con sus fotografiados y el paisaje. Nació el 27 de septiembre de 1921 en el Machacahuyo, del ayllu Kollana, localidad Santiago de Toledo, provincia Saucarí, Oruro. Sus abuelos eran trabajadores agrícolas por lo que él desde muy chico ayudo en esos quehaceres, esta actividad le permitió acercarse y le dieron conocimiento sobre las tradiciones y creencia de su tierra. En una entrevista en 1989 recordó sobre su infancia “Hasta los 12 años no conocía qué era la letra, no conocía el castellano y hablaba solo aymara”.
Hacia 1936, debido al trabajo de su padre, se trasladó hacia el centro minero de Colquiri donde comenzó a trabajar como ayudante de perforista y es allí donde descubre lo que sería su pasión. La fotografía.
Dice Damian:
“De muchacho inquieto compré una cámara y hacía revelar con un orureño, Francisco del Carpio”, recuerda y agrega que en una ocasión el laboratorista demoro en entregarles unos rollos, entonces debió ir a buscarlos y allí se maravilló con las técnicas de revelado.
Por motivos laborales decidió emigrar hacia Argentina, en donde en 1948 se inscribe en un curso de fotografía. Comenzó a trabajar como ayudante de laboratorio en la Casa Lutron Company de Buenos Aires, luego de perfeccionar su técnica en 1950 vuelve a su tierra natal donde comienza su viaje y el desarrollo de su gran obra.
El trabajo de Damian Ayma cuenta con alrededor de 18.000 fotografías, de una calidad técnica y un manejo lumínico que por momento recuerda el trabajo fotográfico del peruano Martin Chambi. Recién en 1989 el Museo Nacional de Etnografía y Folklore de Bolivia toma contacto con el fotógrafo y su obra, que luego de la muerte de Ayma 1989, pasaría a ser parte de su archivo.
En sus imágenes se muestran la vida de los trabajadores en las minas, las fiestas de los pueblos, el carnaval, las cosechas, las festividades religiosas, retratos. Que más allá de lo técnico, se puede ver el interés genuino y la capacidad de observación de alguien que era consciente de que estaba registrando experiencias de gran densidad cultural y etnográfica. En las fotografías de Ayma está la mirada de un par y no de un extraño. Según recuerdan sus hijos, su padre siempre afirmaba “Las fotos van a servir en algo a la raza que pertenecemos: aymaras, quechuas”.
